28.7.11

"El mayor peligro para el arte en México es la censura de las instituciones contra los artistas"









■El pintor Ricardo Delgado Herbet afronta desde el sarcasmo la violencia mexicana.

■Presenta una serie sobre el "viacrucis" del país frente a los políticos y los narcos.

■Acusa al Estado de reprimir a los creadores incómodos que retratan la crisis y algunas de sus exposiciones han sido prohibidas.


ÁNXEL GROVE. 27.07.2011 - 14.27h, España


"El peligro es la censura institucional, esa que condena a sus creadores, que piensa que la obra y sus artistas que nacen de esta crisis fomentan la violencia", dice el pintor Ricardo Delgado Herbert (Tampico, 1974). Este artista, que presenta la realidad mexicana bajo una óptica sarcástica, cree que los aparatos del Estado del país norteamericano no han entendido que el papel de los creadores es expresar "las decadencias humanas".

Delgado Herbert, algunas de cuyas exposiciones han sido censuradas bajo la excusa de que fomentan la violencia, no se anda con chiquitas para analizar lo que sucede en su patria. Fundador del Arte Huerco, un movimiento que pretende confrontar a los mexicanos con sus demonios (narcos, políticos, soldados, religiosos...), ahora presenta una serie basada en la pasión de Cristo como metáfora sobre el "viacrucis" del país.

"Religión, política, criminalidad"


En La Pasión según Arte Huerco, que Delgado Herbert muestra por primera vez en 20minutos.es, quiere mostrar plásticamente como "religión, política, criminalidad" y la idea bipolar de "malos y buenos" han calado tan fuerte en la sicología colectiva que los ciudadanos asumen la idea de ser "pasivos" y no poder intervenir en la solución de los problemas.

El pintor, cuya obra se mueve entre el horror y el humor, parte de la cultura popular mexicana (fronteriza, sagrada, rechamante) para convertir a los actores y víctimas de la larvada guerra civil mexicana entre el Estado y el Narco en protagonistas de una telenovela extremada. Su obra ha sido expuesta profusamente en México durante los últimos diez años.

"Un apocalipsis entre falsos profetas justicieros y ángeles profanos"


*¿Cómo explicaría a alguien no mexicano La Pasión según Arte Huerco?

Esta serie narra un paralelo sobre la pasión, el viacrucis mexicano, el Cristo de nosotros, doloroso, que se transforma en la imagen del oprimido, en el secuestrado, en el niño, en el soldado, en el político, en el narco, en el hombre o mujer sin oportunidades, en aquel que calla, en aquel que asume la muerte como alternativa de la injusticia, en el oprimido que cae en las calles del norte, centro, sur de México, por el fuego y no le importa a nadie... Esta serie evoca un apocalipsis donde mueren todos cual si fuera un juego de poder, entre falsos profetas justicieros y ángeles profanos.

*¿Es su humor una forma de defensa?

La mofa ayuda a matizar el pesimismo y, como mínimo, a darnos un rayito de esperanza ante la cerrazón de vislumbrar el futuro que nos espera. El humor que manejo busca arrancarle al espectador una reflexión, una sonrisa, una esperanza dentro del terror que nos golpea. La burla ante nuestra realidad ayuda a vernos en ese espejo y vernos como somos realmente. Quiero hacer de las bestias personajes que ante la reflexión del espectador cambien y reconstruyan el propio mundo donde están pintados. Con el pincel me burlo de mi realidad, de esas caricaturas monstruosas que nos hemos permitido ser.

"La falta de alternativas y la pobreza no tienen nacionalidad"


*¿Entendemos desde afuera lo que está pasando en México? Ayúdenos a entenderlo.

La injusticia, la muerte, la falta de alternativas educativas, la burla y la pobreza no tienen nacionalidad, se entienden fácilmente, son universales... La obra es mi acción ante esta violencia: restriego lo que siento de mi realidad a los que ven mi obra sin tener que ocultar nada, y lo entienden aquí y en china. Yo deseo un país mejor y la única forma de hacerlo es accionar y estar comprometidos a hablar, para así cambiar.

*¿Usted presenta el horror con trazos pop?...

Las influencias del consumismo, el marketing y la globalización que vive el arte actual rebasaron mi obra, transgrediendo mis métodos de expresión: lo popular mexicano, lo expresivo y lo bestial con un toque de las influencias del Arte Pop y el Expresionismo, con tendencias mexicanistas y el kitsch o mal gusto.

*Para un artista el horror debe ser una inspiración muy fuerte, pero la sensación de inspirarse en la violencia debe ser amarga ¿Cómo lo lleva?

Es amarga pero también tiene su lado interesante. La fragilidad, el horror, es el polo opuesto a la esperanza o a la felicidad, lo que los divide es un paso, por eso trato de mantenerlo en la obra con el sentido del humor. El terror se refresca, quizás acceda a cambiar, burlándose de su propio miedo, burlándose de nosotros mismos.

*¿Se ha sentido en peligro por hacer el arte que hace?

El peligro es la censura institucional, esa que condena a sus creadores, que piensa que la obra y los artistas que nacemos de esta crisis fomentan la violencia, cuando lo correcto es que el artista expresa las crisis y las decadencias humanas que rebasan la realidad, y su papel es mostrarlo para que la gente reflexione.

*¿Qué sueña para México? ¿O se han acabado los sueños?

Que la guerra contra el narco cambie y se busquen mejores alternativas para que se legisle este fenómeno correctamente. Que la clase política mexicana cumpla con sus palabras de campaña y escuche a sus ciudadanos más que a sus intereses de partido. Que los ciudadanos no tengamos miedo a hablar y tratar de involucrarnos con nuestros actos para así cambiar y mejorar esta sociedad. Que los artistas se involucren más y reaccionen con su creatividad de denuncia. Los sueños aún no acaban.

16.7.11

La violencia se cuela en el mundo de las artes en México










Foto tomada el 17 de junio del 2011 del pintor mexicano Ricardo Delgado Herbert con una de sus obras de arte en que se mezclan temas de violencia. La violencia del narcotráfico ha permeado tanto a la sociedad mexicana que se ve cada vez más reflejada en el mundo de las artes, donde escalofriantes contenidos se hacen evidentes en pinturas, esculturas y canciones. (Foto AP/Alexandre Meneghini) Foto: The Associated Press


Colombia, 15 de julio de 2011 | 07h20 | actualizado a las 07h3

por: AP - The Associated Press. Todos los derechos reservados. Este material no puede ser copiado, transmitido, reformado o redistribuido
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Una andanada de cabezas humanas llueven sobre el escenario, donde cuatro narcotraficantes con chaquetas de cuero y sombreros de vaquero las batean hacia el público con fusiles de mentira, al compás del estribillo: "Que nos degollen, que nos empaquen ... que no pregunten, que no investiguen".

Es una obra de teatro de Las Reinas Chulas, una comparsa que hace parodia de la violencia del narcotráfico. El espectáculo fue creado por un grupo de mujeres en el 2005 y hasta hoy sigue atrayendo público en clubs de todo México, incluyendo en la ciudad turística de Taxco.

Como otros aspectos de la sociedad mexicana, la violencia se ha colado en el mundo de las artes. Los asesinatos y secuestros ya no son sólo tema de los noticieros sino también de pinturas, películas y obras de ópera. Los artistas dicen que están tratando de procesar la crisis en su país, y algunos expresan esperanzas de que ello creará conciencia sobre el flagelo.

Cuadros con panoramas coloridos y bucólicos incluyen ahora cadáveres vendados y maniatados. Trozos de las ventanas de un vehículo reventadas en un atentado se convierten en materia prima para brazaletes incluidos en una exhibición de arte. Un célebre narcocorrido sobre una mujer traficante que mata a su amante es adaptado a la ópera.

"El arte siempre trata de hablar de hacia dónde estamos yendo", dice Ana Francis Mor, integrante de Las Reinas Chulas, que han sido invitadas a presentarse en Estados Unidos y Europa. "Es una especie de termómetro de la sociedad".

La reacción del público ha sido ambivalente, reflejo de la actitud nacional hacia la ola de violencia que según el gobierno ha matado a por lo menos 35.000 personas aunque otras cifras calculan que los muertos rondan los 40.000.

"Todos los días oímos de la corrupción, de las muertes, de la impunidad, y se siente como si todo estuviera cada vez más y más cerca de nosotros, pero nadie hace nada, nadie dice nada", dice Semiramis Huerta, actriz del espectáculo "Narcos Unidos de México" cuya escena cumbre muestra a policías y narcotraficantes bailando juntos.

Desde siempre el arte mexicano ha sido reflejo de la violencia que ha aquejado al país, como por ejemplo los murales de Diego Rivera y David Siqueiros, que contenían imágenes de la Revolución Mexicana, o las novelas y narcocorridos que detallan los pormenores del comercio de drogas.

Los temas del mundo del hampa han estado en las artes visuales desde hace por lo menos una década, especialmente en estados como Sinaloa, cuna del cartel que lleva su nombre y donde la violencia reinaba mucho antes de la ofensiva antidrogas iniciada por el presidente Felipe Calderón en el 2006. Pero en los últimos dos años, el número de ese tipo de obras ha aumentado drásticamente y ha habido más muestras que se han proyectado a nivel nacional e internacional.

La película "Infierno", sobre un poblado que cae en las garras de un narcotraficante como su alcalde, arrasó en los Premios de Cine Ariel este año. Una muestra de arte en la Bienal de Venecia en el 2009 incluía a una persona limpiando el piso con agua y sangre.

El pintor Ricardo Delgado Herbert hace retratos de hampones con rostros grotescos y mostró algunos de ellos en una exhibición en Miami Beach en marzo.

Hoy el artista, de 36 años y oriundo de Tampico, trabaja en una serie de cuadros en que narcotraficantes y soldados aparecen tanto como verdugos como salvadores en las Estaciones de la Cruz. De esa manera desea expresar cómo los mexicanos están atrapados en el fuego cruzado entre dos fuerzas que no son totalmente buenas ni totalmente malas.

Delgado Herbert se crió en Tamaulipas, en el noreste del país, escuchando corridos y viendo películas simplonas sobre detectives aguerridos que cazan a los narcos.

Comenzó a pintar a sus personajes ¿ se les ve con ojos salidos y dientes retorcidos ¿ tras enterarse de un tiroteo en el 2004 entre soldados y sicarios en Matamoros. Dice que fue entonces cuando se dio cuenta de que "Esos personajes de los que escuchaba cuando estaba chico estaban ahí, entre nosotros, confrontándonos... Mi obra ha sido mi lamentación constante. Yo pinto lo que no me gusta".

Ese mismo lamento nutre el espíritu artístico de Gilda Lorena Martínez, una pintora cuya serie "Ciudad de arena y sangre" fue exhibida en el Congreso en abril.

Martínez ha vivido durante 20 años en Ciudad Juarez, la ciudad más violenta del país. Comenzó a pintar en el 2008, cuando iba en aumento la cifra de asesinatos en esa localidad.

Tuvo que clausurar su academia de arte y mudarla a su casa cuando el negocio de al lado empezó a recibir amenazas de bomba. Uno de sus alumnos fue asesinado frente a su casa. Todo el mundo hablaba de quién se estaba yendo o de las madres que enviaban a sus hijos adolescentes a estudiar en otras ciudades.

En sus cuadros se ven figuras fantasmagóricas con expresión angustiosa, pintadas en gris y beige, los colores del desierto que rodea a Ciudad Juárez, acompañadas de destello de un rojo como la sangre.

"Simplemente estaba pintando lo que sentía, yo quería desenchufarme", dice la artista quien añade que por cinco meses estuvo gravemente afectada por el estrés de la violencia a su alrededor. "Es mi manera de decir 'mira qué fracturados estamos como sociedad'''.

Aunque algunos artistas dicen que el trabajar con estos temas les ayuda a procesar su angustia, otros portan un mensaje más político, afirmando que están reflejando la complejidad de la situación del país y de cómo el flagelo viene de la mano de la sed insaciable por narcóticos en Estados Unidos y otros países desarrollados.

Lenin Márquez Salazar, un artista que nació y se crió en Mocorito, en Sinaloa, pinta los verdosos panoramas de su estado, pero con un agregado macabre: en medio del verdor introduce muertos vendados y maniatados, o envueltos en sábanas, como suelen aparecer las víctimas de los carteles.

"Se nos olvida que somos una sociedad global y lo que pase en otro lugar nos repercute a nosotros aquí", dice Márquez Salazar, de 42 años y quien ha mostrado su obra en Estados Unidos y Colombia. "Yo quiero crear conciencia sobre esto, no como denuncia, pero como una manera de expresar lo que yo estoy viendo".

Otra artista de Sinaloa, Teresa Margolles, incluyó la escena del piso limpiándose en su muestra en el Pabellón Mexicano en la Bienal de Venecia en el 2009. Ella recolecta artefactos de escenas de crímenes como trozos de vidrio o tela, empapados en sangre y barro.

Margolles, quien trabaja en Culiacán, la capital de Sinaloa, y ha reflejado la violencia en sus obras desde hace mucho tiempo, creó esa pieza para desempeñar "una función social de duelo, de conmemorar la desaparición de una generación", declara Cuauhtemoc Medina, quien fue curador de la pieza.

"Cuando hicimos ese trabajo hace dos años Teresa y yo, lo que guiaba nuestro actuar era el no poder creer que 8.000 muertos en el país no contaran", añadió Medina uno de los curadores y críticos de arte más renombrados de México. "Hay una ceguera social que necesita 35.000 muertos para darse cuenta que esto es un completo desastre".

En algunos casos, los artistas han exhibido sus obras en instalaciones oficiales donde después son retiradas o censuradas debido a su contenido violento.

Medina dice que la obra de Margolles, "¿De qué más vamos a hablar?", fue financiada por fondos federales y privados, pero la Secretaría de Relaciones Exteriores de México se retiró del comité organizador dos semanas antes de la inauguración de la bienal. Al parecer, dice, el gobierno no quería estar vinculado con ese tema.

En Ciudad Juárez, las autoridades del Museo Arqueológico del Chamizal editaron el título de la obra de Martínez y la llamaron solamente "Ciudad de Arena" cuando tuvo su debut en febrero.

Las Reinas Chulas se han negado a atenuar su presentación y la reacción del público ha cambiado a medida que la amenaza se ha hecho más real, dijo Mor.

El público antes se reía de los chistes del grupo, que incluían sátiras políticas y disfraces estrafalarios. Ahora, los chistes sobre los narcos son recibidos con un tenso silencio.

"En los últimos dos años los chistes empezaron a tomar otro tenor", dijo Mor. "Algunos sí se sacan de onda, pero al final todos nos reímos porque nos duele lo que está pasando".

3.7.11

San Francisco Chronicle App, Associated Press - Mexican artists confront violence with song, brush












By OLGA R. RODRIGUEZ, Associated Press
Photo: Alexandre Meneghini / AP

Associated Press July 1, 2011 03:31 PM Copyright Associated Press.
Friday, July 1, 2011







"In this photo taken June 17, 2011, painter Ricardo Delgado Herbert, 36, pauses during an interview with The Associated Press at his atelier in Mexico City. Herbert, 36, began painting a series of portraits of monster-like hit men, with crooked teeth and eyes popping out, who are holding handguns or automatic rifles. He titled it "Glorious Pistols from the A to the Zetas," a reference to a drug gang, after seeing the commotion that followed a 2004 shootout between soldiers and gunmen in the border city of Matamoros".
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(07-01) 15:31 PDT MEXICO CITY, Mexico (AP) --

Dozens of plastic foam heads rain onto the stage. Four drug traffickers in fringed jackets and sparkly pink cowboy hats bat them into the audience with toy AK-47s. All the while, the cast croons, "Let them slit our throats, let them pack us up ... let them not ask any questions, let them not investigate."
This is cabaret, Mexico style. Las Reinas Chulas, or the Beautiful Queens, parody drug violence in a show the women first produced in 2005 and that still fills nightclubs around Mexico, including a performance in the tourist town of Taxco this weekend.

Like other aspects of Mexican society, violence now pervades the arts. From paintings to movies to opera, the killings and kidnappings that dominate headlines are now the topic du jour for artists trying to process what's happening to their country. Many artists say they also hope their work helps to spark change in a society that seems to be growing numb to the daily bloodshed.

Dead bodies, blindfolded and hands tied, blot bucolic landscape paintings. Pieces of a car window shattered in a shootout provide material for glittery bracelets that are part of an art installation. A famous narco-ballad about a female drug trafficker who kills her lover becomes an opera.

"Art always tries to talk about where we are heading," said Ana Francis Mor, a performer with Las Reinas Chulas, who have been invited to perform in the U.S. and Europe. "It's a thermometer for society."
Even as the art flourishes, audience reaction and public support have been mixed, mirroring Mexico's ambivalence about how to cope with the wave of violence that government figures show has so far taken at least 35,000 lives. Other estimates peg the body count at around 40,000.

"Every day we hear about the corruption, the killings, the impunity, and it feels like all of that is closer and closer to us, yet no one does anything, no one says anything" said Semiramis Huerta, a cabaret actress in another show, "The United Narcos of Mexico," which closes with corrupt police and drug traffickers dancing in a chorus line.

Mexican art has long reflected the country's violent history, from the murals of Diego Rivera and David Siqueiros that dramatized the horrors of the Mexican Revolution to novels and narcocorridos detailing in word and song the entrails of the drug trade.

"In this photo taken June 17, 2011, painter Ricardo Delgado Herbert, 36, shows his paintings during an interview with The Associated Press at his atelier in Mexico City".

Narco themes have been showing up in visual arts for at least a decade, especially in states such as Sinaloa, home to a powerful cartel of the same name, where violence long predated President Felipe Calderon's late 2006 crackdown on organized crime. But in the last two years, more exhibits have gone national and even international, and the sheer amount of such art has climbed.

A movie, starkly titled "Hell," about a town overtaken by a drug lord who is also the mayor, swept the Arieles, the Mexican Oscars, this year. A Mexican art installation that reached the 2009 Venice Art Biennial in Italy includes a person mopping the bare floor with a mixture of water and blood.
"In this photo taken June 17, 2011, painter Ricardo Delgado Herbert, 36, shows an image of Jesús Malverde, sometimes known as the "generous bandit", "angel of the poor", or the "narco-saint", in his atelier in Mexico City".

Painter Ricardo Delgado Herbert showed his portraits of monster-like hit men holding handguns or automatic rifles at an exhibit of Latin American art in Miami Beach in March. The title of the collection, "Glorious Pistols from A to the Zetas," refers to the Zetas drug cartel, which is notorious for its gruesome violence.
"In this photo taken June 17, 2011, a painting named with the initials of a member of a drug cartel, "CVC", is seen at the atelier of painter Ricardo Delgado Herbert, 36".
Now the 36-year-old artist from the city of Tampico is working on a series of paintings depicting drug traffickers and soldiers as both saviors and executioners in the Stations of the Cross. It's his way of expressing how Mexicans are trapped in the crossfire between two forces that are neither completely good nor completely bad, Delgado Herbert said.

The artist grew up in the northeastern state of Tamaulipas listening to corridos and watching low-budget movies about cowboy detectives who chase after narcos.
He began painting the characters with crooked teeth and popped-out eyes in the aftermath of a 2004 shootout between soldiers and gunmen in Matamoros, across from Brownsville, Texas. He said that's when he realized "those characters I heard about growing up were among us and were confronting us."
"In this photo taken June 17, 2011, painter Ricardo Delgado Herbert, 36, pauses during an interview with The Associated Press at his atelier in Mexico City".
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"My work has been my constant complaint," he said. "I paint what I don't like."
A similar sense of disillusionment drives painter Gilda Lorena Martinez, whose series, "City of Sand and Blood," hung in the halls of the Mexican Congress in April.
Martinez has called Ciudad Juarez, Mexico's most violent city, home for 20 years and she started putting her feelings on canvas in 2008, as murders in the city were soaring.

She had to shut down her art school, moving it to her home, after a neighboring business received a bomb threat. One of her art students was killed outside his house. Conversations about who was leaving the city or where mothers were sending their teenagers to study outside of town became common.

In her series, ghostly figures with anguished faces are captured in beige and gray, the hues of the desert that surrounds Ciudad Juarez, accented with blood-red brush strokes.

"I was simply painting what I was feeling, as an outlet," she said, adding that for five months she became seriously ill from the stress of the insecurity surrounding her. "It's my way of saying, 'Look how fractured we are as a society.'"

While some artists say working with violent themes has helped them process how the lives of Mexicans have changed, others have a more political message. They say they're chronicling the complexity of the country's security situation and how it's tied to the insatiable demand for drugs in the U.S. and other first-world countries.
Artist Lenin Marquez Salazar, who was born and grew up in the Sinaloan town of Mocorito, paints the rich landscapes of his agricultural state, but with a macabre twist. Into the pastoral frame, he adds bodies of blindfolded men with their hands and feet tied or wrapped in blankets, duplicating the daily images of drug trafficker victims.

"We forget we're a global society and that what happens somewhere else is affecting us here," said Marquez Salazar, 42, who has exhibited his work in the United States and Colombia. "I want to create awareness about this, not as a complaint, but as a way of expressing what I'm seeing."

Another Sinaloan artist, Teresa Margolles, included the floor-mopping piece in her installation at the Mexican Pavilion of the 2009 Venice Art Biennial. She collects artifacts from crime scenes, which are rarely secured in Mexico, unlike in the U.S., such as pieces of glass or cloth dabbed with mud and blood.

Margolles, who's based in the Sinaloa capital of Culiacan and has long worked violent themes, created the art show to fulfill "a social function of mourning, of marking the disappearance of a generation," said Cuauhtemoc Medina, who curated Margolle's 2009 exhibit.

"Theresa and I were guided by our disbelief that the 8,000 people killed nationwide by then didn't count," added Medina, one of Mexico's top art curators and critics. "There is such a social blindness that they need 35,000 dead people to realize this is a total disaster."

In some cases, artists have been asked to exhibit their work at government-run museums, only to have them blocked or edited for being too violent.

Medina said Margolles' installation titled "What Else Can We Talk About?" was supported by federal and private funds, but Mexico's Foreign Relations Department pulled out of the exhibit's organizing committee two weeks before the inauguration at the biennial. He said the government didn't want to be associated with the themes of the work.

The Foreign Relations Department didn't respond to a request for comment.
In Ciudad Juarez, officials at the city's Archaeology Museum of the Chamizal edited the name of Martinez's series down to "City of Sand," eliminating the world "blood," when it premiered in February.

The Reinas Chulas have resisted softening their work, and the change in their audience's mood has been palpable as real-life violence has grown, said Mor, one of the group's founding performers.

The crowds used to laugh at the group's antics, which include political satire and outlandish costumes. Now, many of the narco jokes elicit an awkward silence.
"In the last two years, the jokes began to take on a different meaning," Mor said. "Some people do seem shocked, but in the end we all laugh, because what's happening hurts us too much."

La Jornada - Recupera pintor “la iconografía de los broncos a partir del arte huerco”







*Hombres bigotones y con sombreros texanos habitan el quehacer de Ricardo Delgado

*El joven artista alerta sobre lo que puede suceder si nuestra sociedad actual no cambia

*Denuncia “el miedo institucional en estos años recientes ante la guerra contra el narco”



"Ricardo Delgado Herbert, en su estudio de la ciudad de México, con algunas de sus pinturas de la serie Glorious pistols: de la A a los Zetas Foto Ap"








Periódico La Jornada
Viernes 1º de julio de 2011, p. 5
Por ALONDRA FLORES


¡A... Júa!, grita el llamado arte huerco, creación del pintor tamaulipeco Ricardo Delgado Herbert. “Mi concepción artística retoma la esencia del entorno que me vio crecer, entre los corridos y el folclor de la violencia, los cuales fueron factor de denuncia en mi pintura”, describe.

Hombres caricaturizados, bigotones, botudos, con sombreros texanos y, sobre todo, que sostienen armas largas en actitud desafiante habitan la serie titulada Glorious pistols: de la A a los Zetas. “Recupero esos personajes que forman parte de la iconografía de los broncos”, donde también aparece el rostro políptico de una mujer coronada, Miss Matamoros –a lo Javier Valdez–, en un conjunto de óleos y diamantina sobre tela, con fondos de lluvia brillante, Balas de plata a lo Élmer Mendoza.

La palabra “huerco”, modismo regional del noreste del país para definir la palabra niño y que se ha integrado al vocabulario cotidiano, es retomada por el artista nacido en Tampico en 1974. Da nombre a la propuesta que ha forjado desde hace más de 10 años, la cual “confronta plásticamente, reta y muestra a esos demonios y personajes que revolotean, nos ofrece con una risotada la posibilidad de cambiar o convertirnos en algo monstruoso, se mofa de nosotros mismos y nos advierte lo que puede suceder si nuestra sociedad actual no cambia”.


"Ricardo Delgado Herbert, en su estudio de la ciudad de México Foto Ap"

Los arquetipos de la vida popular del norte, “la manifestación huercoartística de un pintor tamaulipeco”, es el tema de su tesis con la que se graduó en 1996 de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, continuó el posgrado en la Academia de San Carlos donde analizó la narcocultura y su valor estético, donde desde la visión académica comenzó a analizar el contexto social para crear una propuesta artística. Luis Nishizawa y Gilberto Aceves Navarro figuran entre sus maestros.

El artista denunció “el miedo institucional en estos años recientes ante la guerra contra el narco” y que su serie Arte Huerco-Ranger Time fue censurada en 2005 por las autoridades del Museo de Arte Contemporáneo de Matamoros, al considerarla “basura”. Pero su obra ha sido exhibida tanto en las ciudades de México y Miami, como en los estados de Hidalgo y Texas.

¡A... júa! es el título de una de sus primeras series de la década de los 90 del siglo pasado, donde se observan arrieros a caballo, cabezas de ganado, el horizonte del campo y los cerros, la fascinación por los automóviles, la cerveza sobre la mesa, que reproducen a los costeños, porteños y norteños de Tamaulipas. Diez años después, cabezas deformes con ojos desorbitados sobre fondos carmesí caracterizan otros conjuntos, como Retratos hablados, La raza del cártel huerco, Las huercas del flower power o Apatzingán, localidad michoacana escenario de sangrientos enfrentamientos, dignos de corridos, hoy también motivo de censura por algunas autoridades.





Y la palabra huerco, según narra Delgado, proviene de Orcus, dios de los infiernos entre los sefarditas que en español medieval significa diablo o infierno, que despectivamente señala a un niño mal portado y que con el paso del tiempo ahora designa una realidad apabullante de violencia, “en una sociedad con ciertos abismos, de los cuales el arte no es responsable, como se insinuó en su momento con mi obra”.

2.7.11

Cogito ergo art - 8 cosas sobre Ricardo



30/Jun/2011
Barcelona, España.

1. ¿Cómo te llega la inspiración a la hora de pintar una obra?

La inspiración, la traduzco como el ejercicio constante de estar pintando y el cariño que le tengo a la pintura por darme la oportunidad de expresarme. Lo que me provoca pintar es mi inquietud, mi impotencia y esa constancia de estar ahí pintando es lo que me hace descubrir cosas interesantes que las combato en una tela y las trato de llevar a los demás, para que así dentro de una galería o en la calle confronten al espectador y entablen así un dialogo abierto y sin censura.

2. Si no fueras pintor, ¿que te gustaría haber sido?

Bombero para así apagar fuegos, abogado para hacer aplicar la ley y cantante de ópera para sentir la pasión de la vida real dentro del arte en un escenario.

3. En los tiempos que corren... ¿qué le pides al mundo del arte?

No tener miedo y sabernos arriesgar, abrirnos a todas las expresiones plásticas, sin hacer de lo “contemporáneo” una formulita de moda para alcanzar la “fama”. El arte no es aquel que te hace quedar bien para las galerías “nice” para mí el verdadero mundo del arte debe ser aquel que confronta y mueve una sociedad para reaccionar y abrirnos los ojos.

4. Tu arte denuncia ¿crees que cada vez hay más reivindicación artística en México?

Mi denuncia al igual que la denuncia que hemos hecho algunos pintores como los del norte de México ha servido para evidenciar desde hace muchos años, una crisis que sufre nuestro país y que lamentablemente los gobernantes no han podido resolver. Éste silencio ha provocado una reacción de lucha visual que por nuestra cuenta (al menos yo) hemos estado evidenciado en estos tiempos de guerra. Esperamos que lo que hacemos como pintores, sirva para manifestar una necesidad de cambio, confrontando en las brochas o pinceles nuestros “monstruos ocultos” que cargamos y plasmamos deseando que dentro de estas catarsis plásticas, estos combates artísticos nos ayuden a mejorar como humanos.

5. Última noticia artística que te ha impactado.

Las pérdidas de artistas mexicanos que fenecen en un momento donde más los necesitamos para cambiar esta sociedad.

6. Última exposición que visitaste.

Zona MACO 2011, México D.F.

7. Obra de arte favorita de algún artista famoso.

Las bicicletas, esculturas realizadas en metal pintado por el Mtro. Gilberto Aceves Navarro.














8. Tu última creación.

Las Quinceañeras del Far Far West como propuesta terminada en el 2010 y en este año estoy terminando mi nueva serie pictórica La Pasión Según Arte Huerco, aún en proceso y ya casi queda lista.