Viernes 2 de septiembre de 2011
Por Alexis Gómez
Ante la violencia, el arte se ha convertido en una herramienta de denuncia y reflexión. Los creadores Rosa María Robles, Ricardo Delgado Herbert y Emiliano Gironella, con diferentes técnicas, muestran la realidad cotidiana del país.
En 2007, Rosa María Robles, presentó Navajas, donde utilizó cobijas reales usadas por los sicarios para envolver a sus víctimas. Las prendas –que fueron decomisadas- son un símbolo de impunidad que es de hasta 90%, asegura la artista a BBC Mundo.
Para su exposición “la rebelión de los iconos”, Robles utilizó su cuerpo para recrear esculturas como La Piedad de Miguel Ángel o el ícono de la Ciudad de México, El Ángel de la Independencia.
La artista busca la reflexión del público y autoridades. “En ocasiones la autocritica incomoda, pero el arte es un riesgo, y como siempre lo ha sido, denuncia”.
Rosa María asegura que su trabajo ha sido vetado en México y en sus embajadas en Madrid y Roma, pero Cuba lo consideró la mejor exposición de 2010. A nivel internacional, dice, “se tiene una idea de lo que pasa en México pero nunca se ha visto”.
Los personajes de Ricardo Delgado exponen la monstruosidad y el lado decadente de individuo. “Mis cuadros son burlones”, dice a BBC Mundo. “A través del humor, el mexicano puede reflexionar sobre la transformación que ha sufrido y lo incline a cambiar”.
Con su proyecto “Arte Huerco”, Herbert comenzó a pintar a los personajes descritos en los narcocorridos y a reflejar el folklore violento que comenzaba a gestarse en Tamaulipas.
“Como artistas somos cronistas de nuestro tiempo, el arte se ha vuelto una necesidad para mostrar lo que le pega a la sociedad. Si el gobierno está enfrentando el problema con balazos a los artistas nos corresponde hacerlo con la reflexión y el registro,” dice Herbert.
Las cabezas decapitadas del proyecto “México al filo” de Emiliano Gironella son una simbología de la crueldad que el mercado de la droga ha provocado en México, le dice el artista a BBC Mundo.
Gironella cree que los consumidores, al comprar droga, son los principales responsables de los degollados por el crimen organizado. Eso quiere mostrar con las cabezas de látex encapsuladas en acrílico.
Su proyecto también abarca símbolos como la Santa Muerte y Jesús Malverde, a quien algunos consideran “el santo de los narcos”.
“El degollado se ha convertido en la representación que los cárteles usan para demostrar su poder… los países de primer mundo deberían asumir su responsabilidad, al tener los índices más altos de consumidores, ver la extrema violencia que vive México y reflexionar,” concluye el artista.
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