8.4.15

Delgado Herbert lleva al metro pasión del mexicano por Nestor Alberto Ramirez Vega







DELGADO HERBERT LLEVA AL METRO PASIÓN DEL MEXICANO

Linterna Informativa / @NestorRV

Ricardo Delgado Herbert viste colores oscuros, pero su sonrisa blanca se dibuja mientras revisa que todo esté en orden para inaugurar La pasión según arte huerco, su cuarta exposición que estará hasta finales de mayo 2015.
Las vitrinas de metro Copilco muestran 2/3 de una serie que refleja los pesares del mexicano. Óleo y diamantina son los elementos principales con lo que están hechas estas obras en donde el espectador lucha con una parodia de la realidad donde la misma piel parece sangre rostizada por los demonios que están entre las pinturas.

– ¿Por qué La pasión según arte huerco?
Fue una serie que empecé a trabajar entre 2010 y 2011. En ella busqué reflejar la crisis que estaba sucediendo en el México contemporáneo. La pasión según arte huerco se divide en tres, cada una habla toda la pasión, muerte y resurrección.
Fue una necedad por mostrar qué sucedería si a los ciudadanos nos pasara esta situación crítica no sólo en las calles del DF, sino en las de Tamaulipas, Michoacán o cualquier zona del país; qué le pasaría a ese ciudadano de a pie que tiene que ir cargando con esa encomienda, con esa crucifixión, día con día, que no saben si van a llegar nuevamente a su hogar.
Todas esas dudas me llevaron a la conclusión de concretarlo y realizar la pasión de Cristo, pero no desde la visión del nazareno, sino la del ciudadano. Ese nazareno puede ser un campesino, un soldado o una mujer llevando a sus hijos a la escuela. Todos estos elementos se fueron desarrollando para que así naciera.

– ¿En esta exposición sólo se presenta la II y la III?
Sí, porque la primera se fue, me la compró un coleccionista en Miami y espero que podamos juntas las tres algún día.

– Uno como espectador llega y no encuentra el principio…
Sí, pues esa primera parte es como una introducción; la segunda hablo como de la misma sociedad que entra en el Apocalipsis, y la tercera son las vírgenes que se rebelan. Por ejemplo, una virgen que se baja de la cruz para madrear al espectador. Es una especie de confrontación con la gente, porque al final los cuadros son un espejo de la realidad y tienen que zangolotear al espectador.
El enfoque hacia la mujer es retomar esa valentía. Creo que el hombre, como sexo masculino, ha llegado a un estado de decadencia, por lo que la otra parte, la sensibilidad del lado femenino, tiene que emerger, pero con convicciones, con esa valoración de los actos y una actitud valiente, pero con esa sensibilidad que tenemos que retomar.
Hasta los mismos animales pueden ser más sensibles que los seres humanos. Los mismos ciudadanos que estamos, no sólo en esta zona de América, porque en todas partes se refiere a la violencia. Vemos por ejemplo la pasión, pero obviamente en vez de estar el hijo (el nazareno) en los brazos de la virgen, pongo un animal, un perro que puede ser más sensible que el hombre.

– Como bien dices los que portan armas son hombres y las mujeres son vírgenes y hay otras que están como narcotraficantes, como la que se está masturbando…
Sí, es la misma sociedad que llega al grado donde el pudor ni ya la intimidad existen. Realmente nos interesa buscar el placer en sí mismo, por nosotros mismos. No nos interesa involucrarnos. Ese es un cuadro metafórico. El placer ya no es colectivo, ya no es ir con tus amigos, vecinos o tus paisanos y hacer algo más en conjunto, y sí es más esa individualidad. Esa masturbación, ese placer, ese efectismo que digo. No me estoy poniendo sexista o haciendo una crítica hacia ese acto que hace la mujer, pero es la metáfora.

– Una fuerte es donde aparecen los ladrones de cuello blanco, los narcotraficantes y a Jesús Malverde, así como políticos con un sombrero papal.
Sí, vemos toda la corrupción que está surgiendo. La decadencia no sólo cae en la sociedad civil, sino también en las instituciones. Es precisamente la celebración del becerro de oro, sólo que en vez de ponerlo yo coloco un busto de un Malverde. Hago esas parodias visuales  para que el espectador comprenda, lo enfoque de otra manera y llegue a esas conclusiones. Si no los cuadros caerían en una acción panfletaria, y no, que caigan en ese juego de pensamiento, de elaboración, que nos ayude a decirnos, ¿caramba, somos esos personajes que estamos creando?

– Vemos en la pintura de la ascensión un ente andrógino
Exacto, no hay forma. Realmente la resurrección de la realidad misma, de nuestra paz que debemos tener, no tiene sexo, no tiene forma. Por eso tú lo vas a buscar y no lo encontrarás, más que un perrito, una mujer, un hombre, una persona genuflexa o un soldado. No sabemos por dónde pueda llegar, pero yo creo que dentro de cada ciudadano puede existir ese cambio.

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